Se dice que el advenimiento de una nueva época se advierte en una renovada forma de ver el cosmos. Desde la visión de Ptolomeo al heliocentrismo de Copérnico, cada cosmogonía ha anunciado el advenimiento de una nueva época. La primera que mantuvo al mundo desde la antigüedad hasta la etapa medieval en la idea de la Tierra como centro del universo visible, y la segunda, la copernicana, heredera de Platón, que abre la época moderna. Ahora asistimos a la cosmogonía del satélite y la del pintor. Es así que, al introducirnos en esta obra pictórica, somos partícipes de una nueva perspectiva del universo con sus formaciones extraordinarias y de enormes dimensiones, que permiten comprender la pequeñez humano y la grandiosidad de la imaginación a través de la ciencia y el arte. La Nueva Era del Acuarius, que busca la síntesis de la ciencia con el arte, es el ciclo que abre y muestra estas creaciones galácticas, desde los hondos valles montañosos de los Andes.
La colección pictórica Cosmogonía, de Bernardo Falconi, nos confronta con la realidad de un mundo astrofísico desde la imaginación pictórica, a manera de un viaje a través de cuásares, nebulosas, galaxias y planetas, realizado por una imaginación que parece estar atravesando el cosmos como un argonauta que busca del vellocino de oro, el néctar de la inspiración para, a través de su lente simbólica, navegar por los confines infinitos del alma universal.
Estas pinturas de gran y pequeño formato que constituyen Cosmogonía, nos conectan con un arquetipo astronómico contenido en todas las almas que viajan continuamente a través de planetas y galaxias. Cada mirada, manifiesta en cada lienzo, es un punto de vista del lente de la máquina viajera que es la mirada del autor. Desde la más remota antigüedad el viaje como aspecto iniciático, ha representado la posibilidad para el alma de atravesar por los secretos escondrijos del espíritu. El chamán como psicopompo, emprende viajes astrales a través del árbol cósmico que uno los tres mundos, el mundo físico, el mundo psíquico que se lanza al asalto las altas estancias espirituales, que son el tercer mundo de este viaje sagrado. Se conoce del vuelo mágico de los hombres emplumados entre los yumbos, los mayas, los dakota o los navajo. Ulises en La odisea emprende un viaje que, en realidad es un retorno a su ser más esencial: Ítaca. También se habla de viajes repentinos o raptos del cuerpo sutil. Viajes a través de otros cuerpos celestes, soles y planetas remotos e ignotos, rincones misterios del universo astral.
El viaje lo podemos comenzar como una Absorción. Absorción, un lienzo que nos atrapa dentro de la Aspiradora de energía que es un agujero negro, con sus movimientos circulares y concéntricos de torrentes de energía rezagada; todo parece emanar y volver a la luz a través de colores acrílicos que, nos hacen vivir el volumen de las formas de la inmensidad, en una combinatoria de aspectos de la luz múltiple rezagada alrededor del agujero.
El centro del agujero negro nos traslada como cosmonautas dentro de una cápsula espacial (que no es otra que la mirada del artista), que a manera de un gran telescopio satelital, observa las fuerzas vivas y palpitantes del universo, estrellas gigantes, novas, millones de veces más grandes que el Sol, como Vesta y Helios, inmensas masas de energía luminosa, impresas como sellos en los lienzos, parecen improntas mágicas de observación satelital. Pintura astronómica que nos traslada a mirar los límites del claro-oscuro del espacio sideral.
La pintura del planeta Júpiter tiene una fuerza que hace ver vivo al palpitante coloso de gas. Júpiter el dios del trueno, es el amo de la luz y la energía, elementos constitutivos de la materia cósmica. Júpiter el gran padre de la mitología romana, el Zeus (cielo) de los griegos, es el planeta y al mismo tiempo el universo, es el padre y es el hijo.
El viaje cósmico culmina en la tierra recibiendo los rayos fotones del cosmos. ¿Quizás los vientos solares o los rayos N? Es magnífica la pulsión electromagnética que inunda la Tierra con electrones que vemos como rayos descendentes en auroras boreales o australes y percibimos como cambios en el bio-campo de la psiquis… Son esos rayos que percibimos como campo vibratorio de un universo que se mira a sí mismo a través del ojo del artista.
Galo Cevallos Rueda
Enero 2024
Diversidad
1.80m x 1,80m
Acrílico / Lienzo
2023
Junta Kármica
1,80m x 1,80m
Acrílico / Lienzo
2023
Guerra de la Galaxia
1,80m x 1,80m
Acrílico / Lienzo
2023
Federación Galáctica
1,80m x 1,80m
Acrílico / Lienzo
2022
Vesta
1,90m x 1,90m
Acrílico / Lienzo
2022
Helios
1,90m x 1,90m
Acrílico / Lienzo
2022
Caos
1,80m x 1,80m
Acrílico / Lienzo
2023
Absorción - Aspiradora
1,80m x 1,80m
Acrílico/ Lienzo
2023
Tragón
1,80m x 1,80m
Acrílico/ Lienzo
2023
El Señor de los Anillos
1,80m x 1,80m
Acrílico/ Lienzo
2022
Protector
1,80m x 1,80m
Acrílico/ Lienzo
2022
Alción
1,70m x 1,50m
Acrílico/ Lienzo
2022
Influencias de Alción
1,70m x 1,50m
Acrílico/ Lienzo
2022
Fotones
1,70m x 1,50m
Acrílico/ Lienzo
2022
Venusianos
0,40m x 0,40m
Acrílico/ Lienzo
2023
Urantia
0,40m x 0,40m
Acrílico/ Lienzo
2022
Pilches Marcianos
0,40m x 0,40m
Acrílico/ Lienzo
2022
El Lado Oscuro
0,40m x 0,40m
Acrílico/ Lienzo
2023